domingo, 12 de agosto de 2012

La noche de Pan ha llegado

Empieza la fiesta verdadera.... 



Pero el silencio es cierto. Por eso escribo. Estoy sola y escribo. No, no estoy sola. 

Hay alguien aquí que tiembla.
Alejandra Pizarnik




Historieta de cómo se ha desvanecido Pan y ha dejado la noche en blanco

La noche en los bosques hoy es más blanca que nunca. Pan ha muerto o ha devenido a los montes, a los pantanos, a los escotes de las señoras que caminan por la Quinta Avenida o la Gran Vía madrileña.

Pan ha desaparecido oscuro en la oscuridad de una noche en que la Luna se ha ido de vacaciones a otros sistemas solares.

Amigas, amigos, no he enloquecido, ha llegado a mí la noticia que Pan se vió corretear, saltimbanqueando y que el machacado ruido de sus cascos se ha dejado de oir... Ya no más Pan. Se podrá sobrevivir a su falta avisada, avisorada o a su falta anunciada con el ruido de un arco que no supo dar con Cupido.

Pobre Pan, quizás se ha marchado  a otras mitologías. Ya lo rumorearon poetizas y profetizas... podremos sobrevivir a la falta de su animalidad? a su falo pendulante? a sus piernas entre atléticas y carneras?. Podremos.

Diana ha sido cazadora. En su estirpe me recuesto. Yo tan Tita como siempre sé que esta noche más noche que nunca, fin de un día del niño anodino, se hallaba proclamada su partida de este mundo apolíneo hacia "el nunca jamás".

Si has sabido regodearte entre sus cuernos retorcidos y respirado su temible pero caliente aliento, que sepas que hay más vida porque ese hilo de hálito que bien se ha inoculado en tus tripas, hoy por hoy te eleva a una posibilidad menos terrestre y más alada. Sino pensá en un pobre Ícaro o un Pegaso, lo que será la sensación de recostarte en un lomo poco acostumbrado a las curvas femeninas o a que tu cabellera se confunda con sus crines que dibujan nuevas órbitas, ahora más féminas y menstruantes.

Pan nos ha dejado sus mejores recuerdos. Nos marca como el ardor de la piel cuando lavamos los platos y el calefón, tan Febo, febril y dañino, nos escupe sus máximos sobre los guantes que de látex -menudo elemento que nos acompaña de por vida- no tienen nada y casi se pegan en una fortuna Cyborg.

Soy la "CyborgTita" que atraviesa las nubes con sus guantes naranjas y su Valerina tan amarilla como siempre. Retomo las velocidades que Pan, el finado, el desaparecido, me había susurrado en su rapto telúrico a mis 23 años. 

Ya desposeídas de sus barbas y sus cabellos ensortijados somos libres: máquinas para desear.

Anoche la ciudad porteña de Buenos Aires se encendía a puro rayo. Recordad!!! Es el aviso de que ha comenzado la verdadera fiesta!!! 

No más carneros agazapados en las esquinas!! En una noche encendida, con un cielo trazado por líneas de fuego: alguien ha saboreado el carnero más sabroso. 

Esta noche, ha sido digerido y eyectado a la Pacha. La sabia Pacha lo sintetizará hasta devorarlo al olvido. Hemos sido liberadas de sus ruidos graves y toscos, de su fauces con olor a hierba y vino. Hoy corremos más rápido que él o ellos... muchos ellos de diferentes portadores de un aroma de tierra con testosterona. 

Corran amigas por las calles, por las quebradas, por los esteros: nuestros vestidos no serán desgarrados a golpe de risotadas. 

Porque si bien alguien lo llamo Fauno, aquí se llama Pyragué. El "Pombero", que a veces nos hacía felices y otras nos embarraban dejándonos de bruces en la ciénaga. 


Ya felices, Bacantes, relamiéndonos los dedos de a uno a pura risotada féminas, nos echamos una siesta de comienzo de celebración. 




La noche tiene la forma de un grito de lobo.
A. Pizarnik